Chile es un país que, quizás de forma inconsciente, le da la espalda a la cordillera. Muchas veces no vemos ni valoramos los privilegios que nos regalan sus nieves, quebradas y aguas: elementos vitales que permiten que la vida brote una y otra vez en cada temporada.
En Pirque, por ejemplo, existen al menos cuatro cerros de libre acceso y dificultad moderada. Sin embargo, son pocas las personas que los conocen y disfrutan. En la Región Metropolitana hay innumerables circuitos de trekking y montañismo de primer nivel. Uno de estos destinos es el recientemente inaugurado Refugio de Montaña El Tupungato, ubicado siguiendo el curso del río Colorado, en la vecina comuna de San José de Maipo, a solo una hora y algo desde Pirque, se encuentra justo donde confluyen los valles del Tupungato y el Tupungatito.
Sobre esto y otros temas conversamos con Pedro Anguita, arquitecto y cofundador de la Fundación Deporte Libre, dedicada a la creación de espacios para el juego y la actividad física. Pedro está a cargo del proyecto “Los 16 de Chile”, que busca construir y habilitar un refugio de montaña en los cerros más altos de cada región del país. El refugio del Volcán Tupungato un espacio de carácter público busca acercar a la comunidad a la vida de montaña y servir como campamento base para expediciones que busquen ascender el volcán más alto de la Región Metropolitana, con sus imponentes 6.570 msnm.
Cuéntanos Pedro, ¿Cuáles fueron las mayores dificultades para llevar a cabo este proyecto?
“Quizás lo más complejo fue el proceso administrativo: levantar y gestionar un proyecto así no es fácil. Afortunadamente, contamos con la colaboración del Gobernador Regional y su equipo, quienes financiaron el proyecto junto a The North Face, Rotortek, Arauco y WoodArk. Este proceso tomó casi dos años.
La segunda gran dificultad fue la logística de montar un proyecto en plena cordillera, que es complejo, pero también entretenido y muy desafiante. Me mandé varios condoros en el camino. Llevar el material hasta los puntos de acopio, en un lugar llamado Chacallal, a 2.000 msnm y por un camino de tierra, fue todo un tema. Usamos camiones de 20 metros de largo. Y desde ahí, trasladamos paquetes de hasta 800 kilos en helicóptero. Una logística complicada, sí, pero también adrenalínica y emocionante.”



