En pleno corazón de Pirque, la Fundación Origen lleva adelante un proyecto que cruza educación, sostenibilidad y vida comunitaria. Desde su circuito agroecológico y regenerativo, se ofrecen diversos talleres abiertos a todo público, que no solo buscan compartir conocimientos, sino también inspirar nuevas formas deshabitar y cuidar el territorio.
La propuesta está liderada por Jaime Fernández, director de Proyectos y Sostenibilidad de la fundación. “Nuestro objetivo es mostrar que es posible producir alimentos de forma regenerativa y responsable, sin agroquímicos, y que además sea rentable. Queremos que las personas vean, aprendan y crean en esto”, señala. En este espacio, la consigna es clara: ver para creer.
Con un fuerte foco formativo y comunitario, este circuito se construye como un modelo tangible para demostrar que la producción agrícola regenerativa no solo es posible, sino también rentable. “La regeneración viene a eso. Regenerar la salud del suelo, de manera que la producción que tú obtengas de ese suelo sea sostenible”, explica Jaime. Este proyecto se está desarrollando con el apoyo de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), fortaleciendo su implementación como un modelo de referencia para otras comunas del país.
El circuito incluye gallineros móviles, sistemas de pastoreo holístico con vacas, huertos biointensivos, compostaje, reciclaje de aguas grises, biodigestores y mucho más. “Descomponemos este gran sistema en partes, para que cada persona tome lo que le interese. Es un espacio muy práctico, donde se aprende desde la experiencia”, explica Jaime.
VER PARA CREER: FORMACIÓN PRÁCTICA Y CIRCULAR
Uno de los pilares del trabajo de la Fundación Origen es el aprendizaje práctico, que genera mayor confianza y experiencia: “Queremos generar un espacio que esté disponible para estudiantes, técnicos, agricultores y también para personas en general. Un lugar que sea muy práctico. Nosotros le llamamos ver para creer”, menciona el director.
Los talleres se centran en distintos elementos de la agroecología y la regeneración. “Hay talleres de huerto agroecológico, de producción de huevo, producción de leche de cabra y de vaca, manejo de praderas en sistema regenerativo, diseño y construcción de gallineros móviles, bosques comestibles, elaboración de almácigos, cubiertas vegetales y más”, enumera Jaime.
La oferta también considera talleres en cerámica, moda o cocina, vinculando el trabajo de la tierra con expresiones artísticas y cotidianas. Todo se enmarca en una visión agroecológica con impacto local y proyección global.
APRENDIZAJE CONSTANTE
Uno de los asistentes a estos talleres es Cristian Iturriaga, uno de los gestores del huerto agroecológico Volver al Campo, ubicado en Hualañé, Región del Maule, quien conoció a Jaime y poco después decidió inscribirse en uno de los talleres. “Tuve el curso de producción agroecológica en el sistema con gallinas, en donde aprendí harto”.
Cristian valora especialmente el enfoque práctico del taller y la importancia de este: “Todos estos talleres son buenos para profesionalizar nuestras prácticas y cualquier proyecto. Es bueno tener capacitaciones o actualizarse más en estos sistemas”.
Desde su experiencia, considera que este tipo de espacios no solo fortalecen los conocimientos, sino también las redes de colaboración. “Es importante hacer este tipo de cursos, son súper positivos, para el medioambiente y para nosotros. Siempre está la idea de poder traspasar la información a nuestro círculo, con personas que están haciendo lo mismo o cosas similares”, destaca Cristian.
Los talleres se centran en distintos elementos de la agroecología y la regeneración. “Hay talleres de huerto agroecológico, de producción de huevo, producción de leche de cabra y de vaca, manejo de praderas en sistema regenerativo, diseño y construcción de gallineros móviles, bosques comestibles, elaboración de almácigos, cubiertas vegetales y más”, enumera Jaime.
Los talleres se centran en distintos elementos de la agroecología y la regeneración. “Hay talleres de huerto agroecológico, de producción de huevo, producción de leche de cabra y de vaca, manejo de praderas en sistema regenerativo, diseño y construcción de gallineros móviles, bosques comestibles, elaboración de almácigos, cubiertas vegetales y más”, enumera Jaime.
UN APORTE A LA COMUNA
El impacto de estas actividades va más allá de lo individual. La Fundación Origen ha sido pionera en ofrecer educación agroecológica gratuita a jóvenes de la comuna, para luego ampliarse en esa vocación hacia agricultores, técnicos, vecinos y vecinas de Pirque que quieran capacitarse o simplemente aprender a cultivar en armonía con la naturaleza.
Además del aprendizaje técnico, estos espacios ofrecen una oportunidad para mirar el campo con nuevos ojos. “Pirque es una comuna con mucha historia agrícola. Queremos aportar a que esa tradición no se pierda, sino que evolucione. Que los jóvenes puedan ver que quedarse en el campo puede ser una opción de vida digna, productiva y con sentido”, afirma.
Con más de 30 años de trayectoria, la Fundación Origen sigue apostando por formar personas comprometidas con la tierra y con nuevas formas de vivir lo rural. “Nuestra misión es demostrar que es posible alimentar al mundo con responsabilidad ecológica y responsabilidad social también”, afirma Jaime.
Y agrega: “Hoy día se está hablando cada vez más de regeneración y agroecología, pero la fundación lleva más de 30 años con esto, y todos los días demostramos que es posible producir sin agroquímicos. Eso es lo que queremos que la gente vea”.



