Por Amanda Contreras M.
Desde niño, Francisco Boetsch ha tenido una relación cercana con el paisaje, Criado en Paine, acostumbrado a convivir con la cordillera como telón de fondo, su camino profesional comenzó en la arquitectura, pero pronto encontró un lenguaje más propio de su creatividad a través de la fotografía. Durante años, capturó competencias de Enduro ecuestre —varias veces en Pirque—, pero fue en la pandemia donde su proyecto tomó forma definitiva: fotografiar las montañas que nos rodean y, con ello, acercar la cordillera a quienes la miran a diario, pero no la conocen.
“Siempre me ha encantado la cordillera, el trekking. Para la pandemia, vivía en un piso 18, tenía una tremenda vista a la cordillera y empecé a sacar fotos de lo que veía todos los días”, recuerda. Así nació su primer libro, Cumbres de Chile: Valle del Mapocho, al que le siguieron Cumbres de Chile: Araucanía Andina Norte y el reciente Santiago y sus cumbres, una guía visual en formato bolsillo pensada para acompañar a cualquier persona en sus recorridos por la ciudad.
El paisaje como patrimonio cotidiano
Los libros de Francisco no son una guía de trekking. No entrega rutas ni tiempos precios de subida. Su enfoque es más bien geográfico, apreciativo, casi cotidiano: “Es una guía para aprender de nuestra geografía y de sus diferentes perspectivas”.
Sus fotos muestran cerros emblemáticos como El Plomo, el Pintor, el Leonera o el San Ramón, tomado desde ángulos reconocibles para quienes habitan la ciudad y sus alrededores: desde el Estadio Nacional, la cima del cerro San Cristóbal, un edificio en Providencia o incluso desde la autopista del acceso sur de Santiago. “Es un libro de bolsillo. En el fondo, la idea es que puedas pasear por Santiago, moverte por la ciudad e ir reconociendo todos los cerros que hay”, explica.
Entre Santiago y sus alrededores
Aunque el foco de sus libros ha estado puesto en la capital, Francisco no ha dejado de mirar hacia el sur. “He ido a sacar fotos desde Paine, como por la zona de Champa. Subiendo un poco empieza a aparecer todo lo que está detrás de esta primera fila de montañas, y fue superchoro descubrir esas cumbres”.
Reconoce que aún no ha sistematizado una obra completa sobre el territorio del valle del Maipo, pero sí lo ha fotografiado en más de una ocasión. “Tengo un par de fotos del Cajón del Maipo, otras de cuando voy a Santiago por el acceso sur y te encuentras con toda la cordillera, y he parado a sacar un par de fotos. Aparecen los cerros y algo de Pirque y tengo hartos amigos de allí que me dicen: ‘¿Pero por qué no vienes a sacar fotos de Pirque?’ Y la verdad es que todavía no sé muy bien de dónde sacarlas, pero me encantaría sacar un libro del valle del Maipo”.
En ese sentido, su proyecto dialoga directamente con el espíritu del valle: ese vínculo silencioso entre naturaleza y vida cotidiana. Como muchos, Francisco vivió por años con la cordillera de fondo, sin saber el nombre de cada una de sus cumbres. Hoy, su trabajo busca revertir eso. “El libro te invita a conocer que hay un poquito más allá, a salir y saber que a media hora puedes empezar a subir un cerro o estar más metido en la naturaleza”, cuenta.
La cordillera en la palma de tus manos
En una era en donde todo es digital y a través de pantallas, Francisco sigue apostando por el papel. “El libro tiene un lado más personal, se puede tocar, lo puedes rayar si quieres, y como que ya eso te da otra instancia, una pausa”. Lo dice mientras prepara su nuevo proyecto: un libro ilustrado para niños de toda la cordillera de Chile, desde el norte hasta el sur. “El objetivo es acercar la cordillera no sólo al que le encanta el trekking o el que sube el cerro”.
Con esa misma convicción, proyecta nuevas rutas posibles para su lente: los volcanes del norte, los cerros del Maipo, las siluetas del sur. Y en cada uno de ellos, una certeza: reconocer el paisaje que nos rodea es también reconocer lo que somos.
Puedes conocer más sobre el trabajo fotográfico de Francisco Boetsch en su sitio web www./franciscobt.com y seguir su mirada de la cordillera en su cuenta de Instagram: @fboetsch, donde comparte paisajes, procesos y lugares y rutas que recorre.



